sábado, 10 de diciembre de 2011


08/10/2009. El geo-radar evoca la teoría de que el poeta no yace en Alfacar sino tal vez en la Huerta de San Vicente.


La fosa de Federico García Lorca sufrió una remoción de terreno no mucho tiempo después del asesinato. Es la noticia que se desprende del estudio con geo-radar efectuado por Luis Avial, del que ayer ya informaba ABC y que supone la primera descripción científica del interior de la supuesta tumba del poeta.

Tal vez encontremos más historia de la que que en principio pensábamos digerir cuando concluya el estudio del lugar asociado tradicionalmente con el asesinato del poeta. Las señales recogidas son claras: una zona de la fosa sufrió una modificación posterior al enterramiento.

Mientras ayer la Junta de Andalucía se apresuraba a desmarcarse del análisis de la fosa de Federico García Lorca publicado por ABC, en espera del resultado de un estudio encargado por el Gobierno andaluz a la Universidad granadina, el geo-radar de Luis Avial sigue dando sorpresas.

Recordemos que este técnico se ha especializado en el estudio de 90 fosas de represaliados de la Guerra Civil y cuando escanea una zona pocos detalles se le escapan. Para empezar, comenta que la única antena que da resolución suficiente en estos estudios concretos es la de 900 megahertzios, mientras que, según algunos expertos, los técnicos de la Junta están empleando toda una gama de antenas —algunas orientadas a a prospección geofísica profunda— que pocos detalles aportarán de lo que subyace a apenas un metro de la superficie. Además, la cantidad de equipos empleados multiplica, lógicamente, los costes del proyecto y dilata los plazos de análisis.

Pues bien, cuando el pasado 25 de septiembre Avial realizó su estudio no sólo consiguió una descripción exacta del interior de la fosa, con capacidad para 6 cuerpos repartidos en las tres concavidades que forman la hoquedad. Además de las señales de material óseo, el técnico se encontró con algunas sorpresas.

Anomalía de 2 x 0,5 metros.

La más extraña fue una anomalía en superficie, pegada al camino que rodea la fosa. Allí una de la imágenes registra una ruptura en superficie que tiene continuidad en otros dos radogramas transversales consecutivos. La primera hipótesis que Avial consideró al estudiar las imágenes es que algún jardinero podría haber excavado una zanja para plantar un árbol o un arbusto.

«Si tú remueves material de una fosa y luego vuelves a cubrirlo, cuando te vas está perfecto, pero por dentro los estratos ya no quedan como estaban. Lo que se vé en las imágenes es una manipulación manual o mecánica del terreno, posterior al enterramiento en la fosa».

¿Y cuánto mide, según el geo-radar, la remoción de tierra que se hizo junto al camino? «Mide aproximadamente dos metros con un ancho de medio metro. Dentro de que este terreno no da mucho conraste, vemos claramente una pared de corte y también las huellas dejadas por el relleno de tierra». Sólo después, conoció la teoría, casi legendaria, que rodea la supuesta tumba de Lorca. Desde algunos estudiosos al acervo popular, siempre se ha hablado de la posibilidad de que el poeta ya no esté en la fosa, sino que fue exhumado por su familia para darle sepultura. La tesis está apoyada en testimonios relevantes de la época, pero siempre ha pesado sobre ellos un telón de silencio.

¿Y cuál es la fecha de la remoción? «Esto no es una manipulación de superficie. Si se hubiera efectuado, por ejemplo, en los años 60, la lectura de los radogramas sería muy clara. Estaríamos viendo la fosa más clara del mundo, una doble alteración. Tuvo que ser muy poco tiempo después del enterramiento y sólo tocaron en esta parte. Si realmente esta remoción sirvió para sacar un cuerpo —y la señal del geo-radar es compatible con esto, aunque nos movemos en el terreno de la pura hipótesis— quienes lo exhumaron conocían perfectamente su ubicación». Al conocer las primeras imágenes del estudio publicado por ABC, la sobrina nieta de Federico, Laura García Lorca aseguró ayer que el parque de Alfacar ya no es un lugar adecuado para conservar la memoria del poeta, según informa Juan Luis Tapia. «Ahora sí nos someteremos a las pruebas para que los restos de Federico sean identificados. Después decidiremos qué hacer con ellos», anunció. Los familiares no quieren un circo mediático, «pero ya vemos que no se ha podido evitar».

Ian Gibson, muy afectado«Me ha afectado mucho ver la imagen de la fosa», manifestó el hispanista y biógrafo lorquiano Ian Gibson. «Confirma lo que hace años me dijo Manuel El Comunista, que había restos allí», añadió. Manuel Castilla Blanco era un joven en aquella madrugada de agosto de 1936 que presenció el entierro de los restos del poeta junto a otros asesinados. «Es el mismo sitio que me indicó Manuel y que también le dijo a Agustín Penón, y a tan solo viente años del asesinato», comentó Gibson. «estamos cerca de la verdad». Gibson sostiene que fueron cuatro los asesinados aquella madrugada, pero en la fosa ‘retratada’ por el geo-radar se intuyen cinco o seis cuerpos. «Es posible que al día siguiente abrieran y enterraran a otros dos», explicó.

Diario ABC, España.

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