miércoles, 14 de diciembre de 2011


27/03/2010. La sala Rafael Altamira de la Sede Universitaria de Alicante -donde cinco meses antes se celebró una reunión entre la familia de Miguel Hernández y la Comisión Cívica de la Memoria Histórica de Alicante para solicitar la reparación moral del poeta, como recordó el rector de la Universidad de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda-, volvió ayer a ser utilizada para recoger el fruto de ese germen. Solo que en esta ocasión, además de un centenar de invitados, acudió la vicepresidenta primera del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, para entregar en mano a la familia Hernández el documento oficial de su reconocimiento como represaliado por el franquismo y reparar así la injusticia de su encarcelamiento y muerte.

El de ayer fue un acto histórico y emotivo que destiló poesía por los cuatro costados y donde todo el que intervino recitó versos: de Juan Panadero, de Marcos Ana, frases de Neruda y Vicente Aleixandre y, por supuesto, de Miguel Hernández, de cuyo poema Para la libertad se incluyen dos estrofas en la declaración firmada por el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que también acudió al acto, junto con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.

El documento de reparación moral, que recibieron la nuera del poeta, Lucía Izquierdo, y la nieta, Mª José Hernández, acredita que Miguel Hernández Gilabert "ingresó injustamente en prisión" el 4 de mayo de 1939 y fue condenado a muerte "sin las debidas garantías por el ilegítimo Consejo de Guerra permanente nº 5 de Madrid el 18 de enero de 1940", pena que fue conmutada por la de reclusión mayor, falleciendo en el reformatorio de Adultos de Alicante el día 28 de marzo de 1942. Tal y como contempla la Ley de Memoria Histórica, la democracia española honra con este certificado "a quienes padecieron injustamente persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura".

En su intervención, Lucía Izquierdo reconoció que ayer fue "un día muy emotivo, muy especial y muy largo de sentimientos, ¿verdad, hija?", al tiempo que agradeció el apoyo de la Comisión Cívica de Alicante -"sin ellos habría sido imposible llegar hasta aquí"- y del Gobierno central por su "rapidez y sensibilidad" en este reconocimiento a su padre político.

La nuera del poeta aprovechó la presencia del Ejecutivo para manifestar su deseo de que "ojalá cerremos el año del centenario con la anulación de la condena a muerte, esa losa tan injusta que pesa sobre Miguel Hernández" y le hizo entrega a De la Vega de una carta en la que reclama que intervenga para lograr su propósito, "que sabemos que vamos a conseguir".

Tras la entrega del documento, la vicepresidenta subrayó que "guardaremos este día en algún lugar del corazón" dirigiéndose con afecto a la nieta y nuera del poeta , del que dijo fue "un genio artístico que supo levantarse contra generaciones de prejuicios" que "no tuvo necesidad de hacerse pueblo porque él mismo era el pueblo hecho poeta" y "sigue siendo la voz de todos".

De la Vega enmarcó este acto como "una reparación de nuestra memoria histórica" y añadió que "no podemos deshacer el horror de aquel 28 de marzo, es cierto, pero sí podemos dignificar, reconocer y rehabilitar su memoria, nuestra memoria". Al referirse a la ley aprobada en 2007, apuntó que "sé muy bien que hay quienes dicen, muy fríamente, que no es algo necesario" pero consideró que su existencia "es sencillamente, algo justo", tras calificar la reparación moral del poeta como "desagravio" a quienes vivieron situaciones similares y reivindicar como "su mejor legado" los valores de libertad y de rebeldía ante la injusticia que defendió Miguel Hernández.

El acto de reparación no pudo contar con la presencia del otro nieto del poeta y hermano de Mª José, llamado también Miguel Hernández, por motivos laborales, ya que el pequeño negocio que la familia regenta en Elche no podía quedar desatendido. No obstante, su madre indicó que "no faltarán ocasiones este año" para que él participe en un nuevo acto dedicado a su abuelo. De hecho, la familia estos días no da abasto. Ayer, tras la entrega del documento -que cayó al suelo en el posado a los fotógrafos-, la familia acudía a otra cita en el Casino sobre la figura del poeta y su nuera tenía previsto asistir al recital de homenaje que le brindaba el cantautor Paco Ibáñez.


La Sede se queda pequeña.

Organizado por la Universidad de Alicante -cuyo rector citó a Neruda para indicar que recordar al autor oriolano "es un deber de España"-el encuentro celebrado en la sede de Canalejas se quedó pequeño y contó con la presencia de los alcaldes de Elche -Alejandro Soler-, Orihuela -Mónica Llorente- y Miguel Valor en representación de la primera edil de Alicante; también asistió la consellera de Cultura, Trinidad Miró, así como el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y el diputado Pedro Romero. La subdelegada del Gobierno, Encarna Llinares, acompañó a los miembros del Gobierno, junto a numerosos representantes de la comunidad universitaria, del PSPV y de IU, así como de la Comisión Cívica de la memoria Histórica de Alicante, que calificaron el acto de "magnífico" y de la Comisión Nacional del Centenario, cuyo presidente, José Carlos Rovira, destacó el valor simbólico "de este primer reconocimiento al poeta universal".

EL POEMA ETERNA SOMBRA
Miguel Hernández

Yo que creÍ que la luz era mía
precipitado en la sombra me veo.
Ascua solar, sideral alegría
ígnea de espuma, de luz, de deseo.

Sangre ligera, redonda, granada:
raudo anhelar sin perfil ni penumbra.
Fuera, la luz en la luz sepultada.
Siento que sólo la sombra me alumbra.

Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.

Cárdenos ceños, pasiones de luto.
Dientes sedientos de ser colorados.
Oscuridad de rencor absoluto.
Cuerpos lo mismo que pozos cegados.

Falta el espacio. Se ha hundido la risa.
Ya no es posible lanzarse a la altura.
El corazón quiere ser más de prisa
fuerza que ensancha la estrecha negrura.

Carne sin norte que va en oleada
hacia la noche siniestra, baldía.
¿Quién es el rayo de sol que la invada?
Busco. No encuentro ni rastro del día.

Sólo el fulgor de los puños cerrados,
el resplandor de los dientes que acechan.
Dientes y puños de todos los lados.
Más que las manos, los montes se estrechan.

Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.

Soy una abierta ventana que escucha,
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida.

Diario 
Información, Alicante.

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